Oro africano: cuidado facial

La manteca de karité ha sido uno de los secretos mejor guardados de la belleza durante siglos. Desde la época de la reina Nefertiti, este tesoro natural ha sido utilizado para cuidar la piel y el cabello, y hoy en día sigue siendo igual de valorado por sus increíbles propiedades. Carmen Navarro, directora y cofundadora de Mesón Karité, nos cuenta en un vídeo por qué este producto es tan especial y cómo podemos aprovechar sus beneficios.

¿Qué hace especial a la manteca de karité?

La manteca de karité proviene del árbol del karité, una especie salvaje que crece de forma natural en la franja del Sahel, en África. A diferencia de otros árboles, estos no se cultivan, sino que crecen libremente en la naturaleza, lo que le da a la manteca un carácter único. El hecho de que no se trate de una producción industrial es clave para entender su pureza y autenticidad. Además, su recolección y producción están estrechamente ligadas a las mujeres de la región, quienes juegan un papel fundamental en el proceso.

En lugar de recoger los frutos directamente del árbol, estas mujeres esperan a que los frutos caigan al suelo cuando están completamente maduros. Este método no solo respeta el ciclo de vida del árbol, sino que también es un símbolo de sostenibilidad. Una vez recogidos, los frutos se limpian y se separa la pulpa, que se utiliza para alimentar tanto a las personas como a los animales.

Después, las semillas se secan, se tuestan y se trituran en un proceso artesanal. Uno de los pasos más importantes es el batido, una técnica tradicional en la que las mujeres baten la manteca durante 20 minutos sin detenerse, logrando que la grasa de la manteca se separe del agua. Solo entonces, la manteca está lista para ser filtrada y utilizada en productos cosméticos o alimenticios.

Más que un simple cosmético

Una de las razones por las que la manteca de karité es tan apreciada es por su versatilidad. En las regiones de África donde se produce, no es solo un cosmético: es un elemento esencial en la vida diaria. Por ejemplo, cuando una novia se casa, uno de los regalos más tradicionales que recibe es manteca de karité. Este regalo es mucho más que un simple detalle; se trata de un producto que será útil para su belleza, para cocinar y hasta para el cuidado de su futuro bebé.

En nuestro entorno, la manteca de karité puede ser utilizada de múltiples maneras. Carmen Navarro destaca que este producto es apto para personas de todas las edades y tipos de piel. Desde el cuidado de un bebé hasta una piel madura y con arrugas, la manteca de karité tiene propiedades regenerativas que la convierten en un imprescindible en cualquier hogar.

Usos y aplicaciones de la manteca de karité

Este oro natural puede aplicarse en prácticamente cualquier parte del cuerpo. Carmen nos explica que es perfecta para tratar pieles secas, estrías, codos ásperos, manos agrietadas e incluso como mascarilla para el cabello. También se puede usar en pequeñas cantidades para hidratar los labios o como un bálsamo para pieles irritadas. Su textura sólida por debajo de los 35 grados la hace fácil de usar: simplemente se toma una pequeña cantidad con la punta de los dedos o un palito, y se funde entre las manos para luego aplicarla donde sea necesario.

Algo importante a tener en cuenta es que, debido a que es un producto completamente natural, su consistencia varía según la temperatura ambiente. En invierno, la manteca de karité puede estar más dura, mientras que en verano se vuelve más líquida. Sin embargo, su efectividad se mantiene intacta durante todo el año.

Un producto esencial para el cuidado personal

Carmen resalta que cualquier hogar debería contar con un bote de manteca de karité. Su capacidad para aliviar molestias relacionadas con la piel la convierte en una opción ideal para tratar desde simples problemas de sequedad hasta irritaciones más complejas. Además, su origen natural la hace especialmente atractiva para quienes buscan alternativas sostenibles y ecológicas en su rutina de belleza.

Aplicar la manteca de karité es simple: solo necesitas tomar una pequeña cantidad, fundirla con el calor de tu cuerpo y aplicarla suavemente en la zona que quieras hidratar o proteger. Este sencillo ritual es suficiente para notar los beneficios en tu piel.

Cierra el ciclo con un abrazo salvaje

La manteca de karité no es solo un producto cosmético, es un símbolo de sostenibilidad, tradición y respeto por la naturaleza. Cada vez que utilizas manteca de karité, estás conectándote con una historia que se remonta a siglos atrás, a un legado de cuidado personal que ha perdurado en el tiempo.

La manteca de Karité, Oro Africano de AOKLabs es de una empresa de Sevilla.